sábado, 29 de agosto de 2009

POESIA E-NUMERADA - 7

Os envidio en la muerte

Llena de vida.

Que gozo el disparo cruel cuando se ha vivido.

Y qué infame mi postura de burgués que escribe

para añadir revoluciones eróticas.

Moriré en Madrid,

una tarde de verano,

donde los muchachos del barrio jueguen al fútbol.

Moriré viejo, decrépito,

y, cómo no, rodeado de los míos.

Alguien dirá “pobre hombre”

y una enfermera virgen

tapará mis huesos doblados.

Al calor del horno una mujer gimoteará recuerdos

Sólo ella. Quizás algún otro despistado.

Será así, ya ves.

Es por eso que te digo

que envidio la muerte vivida,

es por eso que os envidio, compañeros.

A vosotros, los muertos rebeldes que,

aún anónimos,

os negáis a morir muertos.

Los que se ríen de guadañas y lutos,

los que yacieron desangrados sobre la tierra que amaban,

los que llenaron los bolsillos de esperanza.

Os envidio. Todo sea porque nunca habréis muerto.

Lo dejasteis todo acá,

en un trozo de pan,

en una brizna de tiempo.

Os envidio en la muerte,

tan llena de vida.

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