jueves, 20 de mayo de 2010

DISFRACES

La cena se enfriaba en la mesa. Sonaron las llaves en el descansillo y padre entró con ojos de cristal. Esta vez venía vestido de bufón. Madre tiró la servilleta para después levantarse y cerrar su habitación de un portazo. Todavía la recuerdo allí, de verde, llorando en la cama, vestida de reina. El bufón recitó un insulto sin gracia y se quedó dormido sobre la mesa. Yo, siempre fiel a la reina, rompí mi disfraz de niño aquella misma noche.

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