sábado, 11 de diciembre de 2010

AMIGA

Temo olvidarte,
olvidar cuanto de ti sé,
olvidar que eran nuestros
los sueños,
las confidencias,
la juventud enredada
en nuestros dedos
como una maraña
que se resiste
a ser deshecha.

Niego la derrota,
amiga;
acaso porque
la distancia es sólo
un ánimo extraño
que se instala
en las mañanas
de invierno.

No es por soledad
ni por complacencia;
es quizás la deriva
de la ciudad que mata,
la ciudad que muere en mí
sin remedio,
la ciudad que te aguarda
en cada esquina
de mi recuerdo.

Pasarán los años,
los trenes atestados;
nadie me espera aquí,
(tú tampoco),
pero quedarán pinceles,
palabras en calma,
y la certeza
de que todo regresa
de cualquier modo.

Temo olvidarte,
despertar sin saberte,
creer que nunca fue,
abrazar fantasmas
que me niegan
el despertar
de la utopía cercana.

Sólo quedan espacios,
vacíos que muerden,
y yo temo olvidarte
y no volver a recordar
que una risa quiebra el mundo,
que lo hace habitable,
y que parará el reloj,
a pesar del tiempo perdido.

1 comentario:

  1. Gracias. Me encanta, no me canso de leerlo. te quiero. yo también os extraño

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